martes, 15 de mayo de 2012

Buzz-LightYear


Existe una sensación que se produce en ciertos ciclos de mi vida.
Una sensación que me desgarra por completo y me hace sentir invisible, inservible, estúpida, inutilizable...vacía.
¿Sabes lo que es querer llorar por sentirte tan vacía que podrías pensar que estas muerta por dentro?
Pero no lloras, no puedes, es como si no tuvieras lágrimas, pero sabes que las tienes. Porque cuando se te mete polvo o polen en los ojos te gotean de ellos surcos de agua salada y pegajosa.
Recuerdo cuando era más pequeña, escribí un relato en el cual el humano protagonista vivía en una casa de cristal desde la cual veía todo pero nunca nadie se paraba a mirarle detenidamente y "verle".
¿Lo entiendes?
La profesora se limitó a hacer su valoración personal de mi relato delante de toda la clase, quedándose con ideas erróneas, superfluas.
¿Acaso me preguntó?
No, por supuesto. En varias ocasiones quise expresarme, decir lo que opinaba. Pero nunca nadie conseguía escuchar mi voz.
No era el relato de una adolescente que deseaba ser salvada por un hombre indefinido, era la historia de una adolescente que clamaba a gritos ayuda por sentirse así:
Vacía.
Sin brillo, sin huella, sin prestancia.
Una adolescente que volvía, de nuevo, arrastrándose a base de suspiros que lijaban su ser interno.
Para el resto de la clase ella era la adolescente de voz disonante, que escribía infumables tochos filosóficos, que dibujaba en clase y que se quedaba parada de miedo frente a una ecuación en la pizarra, que iba de aquí para allá con un amasijo de hierros, que era fea, con gafas que recordaban más a una persona de deficiencia mental que a alguien inteligente, la que decía palabras extrañas sacadas de un diccionario, la que de una traducción de latín hacía tres versiones porque era perfeccionista y ninguna valía porque no se ceñía a la traducción simplona del libro, la que nunca nadie iba a atrever a besar, la que gritaba de emoción por alguna frikada, la que se comportaba de forma aun más torpe si cabía delante del género masculino, la que...
Muchas veces me encantaría gritar con todas mis fuerzas ¡MIRADME JODER! ¡Estoy aquí! ¡Estoy aquí! ¡Estoy aquí! ¡Estoy aquí! ¡ESTOY AQUÍ JODER!
Y lo peor es que ahora se que alguna gente me ve, pero yo ya no les veo a ellos entre todo el vacío que me noto dentro.
Las personas como yo deben esforzarse mucho por hacerse de notar, porque sino nadie las ve.
Porque...¿En medio de tanta gente deslumbrante cómo coño iban a fijarse en algo oxidado?
Antes soñaba con mariconadas, hace años, soñaba con alguien especial a quien querer y que de cariño me llamase "patito".
Pero pasaron los años y dejé de soñar, después de sentir; pero jamás, jamás dejé de pensar en lo racional.
y lo racional es la estabilidad a través de la ataraxia.

Dejo de ser interesante cuando dejo de ser la novedad, lo tengo claro.
Como cuando tienes un juguete y te ponen delante uno nuevo, más chulo, más guay, mejor.
Yo siempre seré el Buddy de Toy Story

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