Cuando sabes que pese a lo que pese nunca nada volverá a ser igual. Gente que el año pasado era alguien muy importante en tu vida ahora no es más que gente conocida, del montón, compañeros de carrera que hacen lo propio contigo.
recuerdos de risas fragmentadas y momentos desechados en fotografías.
¿Y qué?
¿Quieres saber lo más importante?, Que no siento ya una mierda por ellos y de los pocos que aun quedan se van esfumando como tinta oleosa entre mis manos.
Porque no se lo merecen, así de simple.
Que fácil es estar en lo más alto y después caer en el anonimato del silencio.
Que ya no tenemos cinco años, una no se chupa el dedo y en las redes sociales todo se sabe.
Menudo desperdicio oiga.
Cambiando de tema entre mis metas para este año en el plano afectivo acabo de ponerme una meta clara:
Liarme con cinco tios desconocidos diferentes, usarlos y largarme con viento fresco.
Y así se me van a pasar todas las gilipolleces.
También se me ha venido a la mente Manu, me he preguntado si estará bien o qué estará haciéndo. Y pienso que aunque me cabreé con él y en su momento quise arreglarlo, él no aguanto, cortó, se fue.
Muchas veces he pensado en enviarle un sms pidiéndole disculpas si le molestó algo de mi, o que lo siento por mi actitud en aquel tiempo. O simplemente aquella vez que escribí un sms para felicitarle por su cumpleaños y no tuve narices a hacerlo.
Porque no me siento culpable, él despego sus alas y cortó la amistad.
Pero...yo soy ese tipo de persona que no lo ve todo blanco o negro, soy débil y las personas que he querido siguen siendo una de mis debilidades.
