domingo, 15 de abril de 2012

Sonata de vegetales

"Tanto el amor como las personas me dan miedo.
Me da miedo la soledad, temo que me olvides."


Dejo que las sílabas rápidas como dedos deslizándose en formas de susurros se deslicen por mi mente, como si cayeran rodando en zig-zag por mi columna y me perforasen las costillas. Como si fueran las ramas de un árbol de cerezo ,que finalmente, se alimenta de la sangre de cada una de mis venas. Y en contacto con mi corazón florecen millones de flores de "sakura", rosáceas a causa de ese líquido espeso y dador de vida.
Insuflo aire a mis pulmones, aire que condensa lo que me inspiras al mirarte. Es,en esos momentos, lejanos de todo sentido,cuando en mi cuerpo da lugar la tardía primavera.
Y me consumo, y me muero lentamente y me deshojo, y me convierto en invierno. Carente de ideas, de sentimientos, de identidad, ataráxia en cada nervadura de la madera de abedul que se han convertido mis brazos , columna y costillas.
Mis ojos hojarasca marrón sin la viveza del otoño.
No estoy muerta, no estoy muerta, no estoy muerta por dentro.
Puedo escribir, puedo ser lo que quiera siempre, mi musa no se irá...¿Verdad? ¿Puedo seguir escribiendo cosas qué acaricien los corazones del resto como el olor de los tilos en flor de Mayo? ¿Verdad? Entonces...¿Cuando deje de escribir? ¿Cuando dejó de tocarme el corazón lo que escribía yo misma? ¿Cuando dejó de parecerme algo bello una tontería ,que la gente adoraba, pero me parecía una mentira?
Tengo sueños con fuentes llenas de agua, con duchas en las cuales decido desnudarme y mostrarte que estoy aquí, desnuda.
¿Y tú? ¿Tú qué haces? Ya nada me hace florecer...
Y creo que es, y aquí va la única cosa que notarán con algo de sentimiento en lo poco que queda de mi, que tú, si tú.
Tú eras mi corazón, mi sentimiento, la razón de no dejar que estos latidos se detuvieran , eras tú el anochecer, el sonido de las golondrinas en verano, el olor de las hojas de un libro antiguo, las letras, los números, la razón de creer en un futuro,en la estabilidad, en la gloria, en la sabiduría, en el éxito de mis palabras conformando un texto, mi apoyo, mi punto de fuerza, la tierra, la espuma, las olas feroces que tras una tormenta mecen mi cuerpo magullado y sanguinolento, el tic-tac abrumado, el verde de las campiñas Escocesas, la lluvia que discurre en las ventanas de Londres,el grito desgarrado contra la puerta, el incendio que recorre mis venas al cantar o las lágrimas de felicidad de ver un cuadro que me toque cada fibra del alma.
Y todo eso, tú...
Se ha muerto, ha quedado extinguido, sepultado, convertido en cenizas incapaces de abonar lo derrumbado.
Algo que no es semilla, algo que no es ave fénix, algo que no es eterno como un unicornio o lúgubre como un fantasma.
No eres nada, ya no estás, has muerto, has muerto, has muerto...
Y yo...desde aquello necesito canciones, libros, poemas, o sentimientos ajenos para absorverlos y momentaneamente escribir con algo de corazón.
Porque sino...es imposible, necesito oxígeno de pulmones ajenos, dolor de desgarros ajenos, pensamientos de cerebros ajenos, agua de lágrimas ajenas.
Yo no soy un árbol de invierno,no.
Creo que me he vuelto algo diferente, que no sabe que es.
Ataraxía positiva, lo llamo.
Y tú, tú ya no estás, corazón.
Ya no estás.
Y sin ti, sin esa musa, sin esa inspiración, sin la creación pulcra de una flor ¿Cómo escribo?
No encuentro almas de orquídeas los días en los que se nublan mis neuronas y llueve en las cuerdas vocales de mi tráquea.

"Ella me dijo al marcharse:
Que aunque estuviera a su lado, parecía no estarlo,
que era semejante al filo de un cuchillo,
que al tocarlo se escurre"





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