viernes, 20 de abril de 2012

Reiactanea

Porque...
¿Por qué a los humanos se nos dio la racionalidad, la concepción de las cosas? Porque no podíamos ser como los lobos... ¿Sabes qué? Los lobos nunca se equivocan, jamás.
Desde un principio defienden a los suyos, quedan unidos por un estrecho vínculo con ellos, nunca se traicionan, eligen una pareja con la cual copular atándose a ella y cuidándola, nunca se abandonan, nunca…dejan a otro lobo de su manada solo.
Nunca, a menos que sea por ciertas causas, un lobo se equivocará eligiendo a los de su manada.
¿Por qué nosotros no pudimos ser así?
Muchas veces, cuando estaba de rodillas rezando, sintiendo la madera clavarse en mis huesudas rótulas, pensaba que realmente el Edén consistía en eso.
En el Edén hubo humanos con raciocinio, pero no concebían la diferenciación entre bien y mal. Por eso, por eso eran libres, eran inconscientes de su “desnudez” tanto física como mental.
Allí, en el Edén, no había diferenciación de clases, no había que preservar las verdades con mentiras, no había…solo eran, eran animales superiores.
Pero…¿La libertad es la elección o la ignorancia? ¿La felicidad es la realización de un ciclo vital de nacimiento, crecimiento, reproducción y muerte? ¿O por el contrario es vivir una vida alejándose de esa idea y deseando dejar huella?
Y tras esa diatriba de pensamientos dejé la flor sobre la tumba que llevaba años sin visitar.
Era una flor humilde, durante unos breves instantes me abochorné por no haber comprado algo ostentoso, más bonito.
Pero luego, mi bochorno dio lugar a la idea de que lo que quedase allí bajo esa lápida no le importaría que la flor, un iris blanco que había cortado en los alrededores de la facultad, languideciera allí.
Pensé en rezar, pero yo ya no sabía rezar.
Quise santiguarme, pero me pareció hipócrita.
Y me quedé allí, bajo el cielo grisáceo, perdida.
No me gustan los cementerios.
No porque sepan a muerte, sino porque resuenan a recuerdos fragmentados en lágrimas, muchas de ellas baratas, y las otras…las otras se llevan por dentro.
Solo sabía que esa flor significaba esperanza.

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