lunes, 4 de julio de 2011

Al trasluz

Tengo pensamientos contradictorios, de improviso no quiero ver lo que tengo delante, lo real.
No quiero ver el cristal cortado y prefiero seguir viviendo en el reflejo difuso de mi imaginación.
Eso es muy malo, pero me pasa siempre que he acabado emocionalmente hundida por todo mi entorno. No por un tema en concreto, no. Es todo...todo son problemas que parecen no llegar a tener luz y cuando sales y solucionas algo nimio te das contra un muro de bruces.
Hacía...hacía muchos años que no vivía una situación similar.
Eso me asusta.
No dejo de soñar, de tener pesadillas, analizo el significado de lo que pueden premonizar esos sueños y solo me dicen que se acerca la traición de un ser querido, de quien menos se lo espera uno.
Eso me aterroriza, ¿Acaso no puedo confiar en nadie? 
Todo se desmorona, cae y gravita en mi entorno. Yo solo cierro los ojos y fantaseo, vuelvo contrario todo lo que no me gusta. Lo adorno, lo arreglo, lo vuelvo paz estable de mi fantasia y mi corazón se relaja, se suaviza.
Y esta mal, muy mal, lo sé.
Me estoy alejando, lo noto, no sé si ellos lo notan, pero me estoy disgregando y erosionando.

Estoy tejiendo una farsa de fantasias en mi cabeza y me gusta tanto que me escabullo constantemente.
Y está mal, muy mal, lo sé
Estoy empezando a preocuparme seriamente, tal vez va siendo hora de hacer algo.
Pero no puedo, no puedo.
Y está mal, muy mal, lo sé.
Pero es que si en mi cabeza todo es perfecto ¿Por qué no puedo vivir alli autoengañandome?
Ah, lo olvidé, en la imaginación no existen los sentidos...
El tacto sobre todo...se pierde y las conversaciones no sorprenden porque estan programadas. es lo que le pasa a un escritor con su novela, algún día se aburre porque sabe todo lo que pasará.
Estoy estancada entre lo irreal y lo real.
Lo que es mentira y lo que es verdad.
Y ya no distingo nada...

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